lunes, 21 de abril de 2014
Dos visiones irreconciliables sobre el cigarrillo electrónico
Los empresarios que comercializan los cigarrillos electrónicos y los representantes
de la comunidad científica no se ponen de acuerdo en casi nada que
tenga que ver con estos nuevos dispositivos. ¿Son adictivos? ¿Ayudan a
dejar de fumar? ¿Se deben regular como el tabaco? Alejandro Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico —que agrupa al 60% de las 500 empresas del sector—, y Esteve Fernández, vicepresidente de laSociedad Española de Epidemiología y miembro del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, responden a Público diez interrogantes sobre los cigarrillos electrónicos. El Gobierno aprobó recientemente la normativa sobre su uso, pero la polémica en relación a sus efectos y regulación sigue viva.
¿Cuáles son y cómo actúan en el organismo los ingredientes del cigarrillo electrónico?
Esteve Fernández: Hay diferentes
ingredientes. Entre ellos destacan la nicotina, que es una potente
droga responsable de la adicción al tabaco y de parte de los efectos
cardiovasculares implicados en el infarto de miocardio. Además, hay
diferentes tóxicos (glicerolglicol, formaldehído, metales...) y
carcinógenos (aminas aromáticas, nitrosaminas), además de partículas de
pequeño tamaño que impactan en el sistema respiratorio.
Sociedad Española de Epidemiología (SEE): "El uso del cigarrillo
electrónico no puede extenderse como si estuviera exento de riesgos"
Alejandro Rodríguez: El
cigarrillo electrónico contiene propilenglicol, agua, nicotina y el
sabor específico. El propilenglicol es un líquido incoloro e inodoro con
múltiples usos en alimentación, cosmética y farmacia. La combinación de
estos componentes no es peligrosa, ya que el efecto que se produce es
el de la combustión al accionar la batería del producto, lo que
convierte la mezcla en vapor de agua. No obstante, la nicotina es
adictiva y eso debe ser reconocido en los envoltorios de aquellos
productos que la contienen.
En España se ha diagnosticado un caso de neumonía por vapear. ¿Los cigarrillos electrónicos son perjudiciales para la salud? ¿Son completamente inocuos?
Esteve Fernández: Tras este caso
y otros casos de irritación crónica del sistema respiratorio o de
pérdida de capacidad pulmonar podemos decir que los cigarrillos
electrónicos no son inocuos. Evidentemente, son menos perjudiciales que
el tabaco tradicional, pero no están exentos de riesgos, sobre todo a
largo plazo por su uso continuado.
Alejandro Rodríguez: Es un caso
aislado que representa el 0,0001% de los vapeadores en España y desde
2006 no ha habido ningún caso a nivel internacional. Mientras que el
cigarrillo normal posee hasta 68 elementos potencialmente cancerígenos,
el electrónico sólo tiene cinco componentes que, si bien pueden generar
adicción, no son perjudiciales.
Según la patronal internacional del sector, el cigarrillo electrónico es 14.000 veces menos dañino que el tradicional. ¿Es así?
Esteve Fernández: En efecto es
menos dañino, pero ¡es que hay pocas cosas más dañinas que el tabaco,
que los cigarrillos convencionales! Que sea menos dañino no significa
que no sea dañino. Además, la mayoría de cigarrillos electrónicos lleva
nicotina, por lo que se mantiene la adicción y el riesgo de enfermedades
cardiovasculares asociados a esta sustancia.
ANCE: "A diferencia del tabaco, los cigarrillos electrónicos no tienen ningún efecto adverso en las contracciones del corazón"
Alejandro Rodríguez: Es así y no
lo dice la patronal internacional o ANCE, lo dice la comunidad
científica. La Sociedad Europea de Cardiología reconoce que el tabaco
crea una disfunción cardíaca, sin embargo, los cigarrillos electrónicos
no tienen ningún efecto adverso en las contracciones del corazón. Se
detectó que fumar provoca aumentos sistolíticos y diastólicos de la
presión sanguínea y la frecuencia cardíaca. Tras vapear, en cambio, no
se encontró ningún efecto ni diferencia en la función del ventrículo.
¿Es igual de adictivo un cigarrillo convencional que uno electrónico?
Esteve Fernández: Sí. La mayoría
de fumadores los usan con carga de nicotina y eso mantiene la adicción
física. Además, el aspecto es similar al de los cigarrillos
convencionales y se mantiene toda la gestualidad de fumar, incluyendo la
inhalación y la exhalación de humo (de vapor, técnicamente hablando),
con lo que se mantiene y refuerza el componente psicológico de la
adicción. Se puede generar adicción sólo fumando cigarrillos
electrónicos. Ya hay estudios que dejan claro que los adolescentes los
consumen debido a la aparente ausencia de nocividad y acaban pasándose
al cigarrillo convencional. Y dos de cada tres fumadores de cigarrillos
electrónicos siguen fumando cigarrillos convencionales.
Alejandro Rodríguez: No. El suministro de nicotina en un e-cigarrillo es inferior que el del tabaco. La revista Original Investigation publicaba
en 2013 un estudio sobre Fisiofarmacología, realizado por la Escuela de
Psicología de la Universidad de Londres-Este, en el que se reconocía
este hecho. De este estudio se desprendía además que la escasa dosis de
nicotina de los cigarrillos electrónicos permite superar el síndrome de
abstinencia y el cambio de fumar a vapear, con la consiguiente mejora
para la salud que esto conlleva.
Dado que no hay quórum entre la comunidad científica y la patronal, ¿sería necesaria una legislación más rigurosa?
Esteve Fernández: Es necesario
legislar de manera clara para evitar que el uso del cigarrillo
electrónico se extienda como si estuviera exento de riesgos. Además, su
uso en lugares públicos confunde y va contra la desnormalización del
tabaco, que casi se había conseguido gracias a las campañas
publicitarias y las políticas de prevención y control del tabaquismo.
SEE: "Los adolescentes los consumen debido a la aparente ausencia de nocividad y acaban pasándose al cigarrillo convencional"
Alejandro Rodríguez: Con la Ley
de Consumo y la Directiva Europea se crea un marco regulatorio ordenado,
justo y coherente que propicia el escenario adecuado para seguir
creando empleo en el sector. Ahora se nos reconoce un espacio propio y
una categoría propia, distinta al tabaco y a los artículos medicinales. A
partir de aquí, junto con la Administración, tenemos que trabajar
juntos para consolidar la industria de forma equilibrada y competitiva.
¿Por qué se deben (o no se deben) regular los cigarrillos electrónicos
como los convencionales, sin excepciones en el sector del ocio, la
hostelería y la publicidad?
Esteve Fernández: Por dos
motivos: en primer lugar, el expresado anteriormente, es decir, que los
cigarrillos electrónicos constituyen un intento de renormalizar la
imagen y uso del tabaco en lugares donde lo normal es no ver ningún
fumador. Y, en segundo lugar, porque constituyen también una fuente de
exposición pasiva a tóxicos para los no fumadores de cigarrillos
electrónicos.
Alejandro Rodríguez: Porque
simplemente no lo son y así lo marca la Directiva Europea, asignándole
una categoría propia con un artículo específico para ello. Es un
producto diferente y por tanto, tiene una regulación distinta que
protege a los ciudadanos en términos de calidad, seguridad y salud, y
respeta a la industria para que pueda profesionalizarse y crecer de
manera ordenada y sostenible. No se puede ni se debe equiparar al
tabaco, por responsabilidad social, científica y empresarial.
¿Hay que igualar la fiscalidad de los cigarrillos electrónicos a la de los convencionales?
Esteve Fernández: Dado que los
cigarrillos electrónicos son un producto similar al tabaco, de carácter
adictivo, es conveniente regular su fiscalidad y equipararla a la del
tabaco.
ANCE: "El cigarrillo electrónico no se puede ni se debe equiparar al
tabaco, por responsabilidad social, científica y empresarial"
Alejandro Rodríguez: La
Directiva Europea concede al e-cigarrillo un ámbito independiente al de
los productos farmacéuticos y los derivados del tabaco. Es una cuestión
de sentido común: si no es tabaco, no se puede regular en ningún aspecto
como tal.
¿Dónde deben venderse los cigarrillos electrónicos?
Esteve Fernández: Tal y como se
ha propuesto, aquellos que contienen nicotina deberían ser regulados
como medicamentos y, por tanto, usados con indicación sanitaria y
comercializados en farmacias o similares. El uso "recreativo" debería
limitarse a dispositivos sin carga de nicotina, aunque con las debidas
garantías sanitarias y de consumo respecto a los aditivos y los sabores.
Por ejemplo, se usan aditivos alimentarios a pesar de que la vía de
administración es la inhalada, por lo que la seguridad de estos aditivos
queda en entredicho.
Alejandro Rodríguez: A través de nuestra Guía de Autorregulación, planteamos un sistema de licencias de venta del producto que
asegure que solo puedan operar establecimientos que cumplan con una
serie de requisitos mínimos en términos de experiencia, formación y
calidad. Actualmente el producto se comercializa en todo tipo de locales
sin ningún tipo de control, formación ni adecuación al mismo
(papelerías, verdulerías, particulares, pescaderías, etc). Es
fundamental que se controle quién puede vender el producto y bajo qué
condiciones.
Europa regula los cigarrillos electrónicos como productos medicinales, si se presentan con propiedades curativas o preventivas. ¿Qué opina?
Esteve Fernández: En algunos
países lo hacen, a pesar de que todavía no se ha demostrado que sean
eficaces para dejar de fumar. Pero dado que se pueden cargar con
nicotina, que es una droga muy adictiva, su regulación sanitaria es
indispensable.
SEE: "Dado que los cigarrillos electrónicos son un producto adictivo, es conveniente equiparar su fiscalidad a la del tabaco"
Alejandro Rodríguez: Europa no
regula los cigarrillos electrónicos como productos medicinales. Es un
error divulgativo y de concepto importante que ha creado confusión y
desinformación en el sector y los consumidores. En estos temas hay que
ser rigurosos y precisos y este de tipo afirmaciones no ayudan a la
sociedad a entender un producto nuevo.
¿Estamos empezando a comercializar un nuevo producto adictivo?
Esteve Fernández: Efectivamente,
los cigarrillos electrónicos se utilizan sobre todo con carga de
nicotina, y la nicotina es adictiva. Y como decía antes, el propio
dispositivo está pensado para recordar un cigarrillo convencional que
mantendrá todo el componente psicológico de fumar, un factor que resulta
importantísimo en el mantenimiento de la adicción.
Alejandro Rodríguez: El
cigarrillo electrónico no produce adicción y así lo corrobora la
experiencia de la implantación en otros países y los informes de
universidades internacionales. El e-cig es un sistema electrónico
destinado a simular el consumo de tabaco, pero es más saludable que los
cigarros tradicionales. Al vapear no se produce una combustión, sino una
condensación: la batería estimula un mini-vaporizador que convierte el
líquido en una pequeña cápsula (que puede o no llevar nicotina) en
vapor.
Una cosa que me llama poderosamente la atención en cuando Esteve
Fernández dice "El suministro de nicotina en un e-cigarrillo es inferior
que el del tabaco. La revista Original Investigation publicaba
en 2013 un estudio sobre Fisiofarmacología, realizado por la Escuela de
Psicología de la Universidad de Londres-Este, en el que se reconocía
este hecho. De este estudio se desprendía además que la escasa dosis de
nicotina de los cigarrillos electrónicos permite superar el síndrome de
abstinencia y el cambio de fumar a vapear, con la consiguiente mejora para la salud que esto conlleva."
Pero aún reconociendo que es mejor que el tabaco para la salud lo siguen crimenalizando, sinceramente, NO LO ENTIENDO.
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